El ser humano debe tomar en cuenta que el crecimiento supone dolor. Es igual que cuando niños nos comenzaban a salir los dientes, ese crecer suponía, mucha molestia. Así sucede cuando intentamos mejorar como seres humanos, que debemos pasar por etapas que necesariamente nos harán pasar por lecciones y pruebas que no dependen de nosotros.
El ser humano debe entender que debe evitar juzgar a los demás. Porque tarde o temprano podrás ser juzgado. Debemos aprender que solo Él puede juzgar a cada quien, y pueden estar seguros que así será. Está en cada uno si puedes ver lo que Él intenta mostrar para crecer. Hay quienes se pasan su vida, sin mirar sus sombras o les cuesta reconocer las mismas, entonces no les permite transformarse como debe ser ni madurar. Esto último sólo es posible cuando adquirimos la conciencia desde el alma. Quien se queda en el corazón solamente y más en la razón, seguirá cometiendo los mismos yerros, una y otra vez. Siéntete bendecido, sin importar, que lo provoca, aquella tormenta o situación que te ha permitido abrir los ojos. No te quedes en la ceguera que provoca el orgullo; la prepotencia; la soberbia y el encono. Permite que fluya en tu lo que el Altísimo está tratando de mostrarte. Aprende a mirar lo que te corresponde a ti mejorar. Y hazlo desde la humildad para que sea duradero y real. Para que sea sincero y admitas lo que te toca.
Solo cuando puedes reconocerlo puedes ser tu mejor versión.