Dicen que una de las mayores virtudes de un ser humano es: saber esperar su momento. Es por esto que la vida es todo un proceso, a veces cuando estamos jóvenes queremos llevarnos la vida por delante y muchas cosas las queríamos de inmediato. Es como cuando aún hoy queremos que se nos cumpla un sueño, debemos entender que no es en nuestro tiempo ni deseo; entonces vamos creciendo con los años y a veces logramos aprender si aplicamos la sabiduría, de que hemos debido pasar por un tránsito o camino para llegar a donde queremos, pero en el momento no podíamos ver que sin ese paso, no hubiera habido manera de que hoy hubiéramos podido lograr el o los objetivos.
Dicen que para apreciar una buena carne, se le requiere el punto justo para sacarla, pero también para elegirla, pero así para saborearla. Lo mismo el buen vino, se le debe dar su estancia para que tome su cuerpo de buena consistencia y hacer honor a la uva que le creo. Nosotros somos ese pan, ese fruto, que necesita la levadura y el agua; el Sol y crecer con raíz firme para soportar y poder crecer; necesitamos de la paciencia, así para la fe ir creciendo no lo hace sin pasar por su debido proceso y hacerse firme y crezca cada día con todo lo que sucede a tu alrededor y que Dios va moldeando como buen Padre para que su hijo aprenda a caminar y seguir creciendo en su interior.