"Cuando el rayo examinador del Espíritu Santo alumbre tu alma, ensombrecerá todo dolor e iniquidad ocultos en tu vida, Él desaparecerá naturalmente sus vestigios como aguas que corren tranquilas. Olvidarás ciertamente los tentadores hábitos y serás abastecido de la suficiente fortaleza para vencer las fieras tentaciones y el oleaje repentino de las consecuencias de pasadas acciones. Dios tiene el control, prometió acompañarte éste y cada día de tu vida, no llegará tarde a socorrerte porque Él nunca se ha ido de tu lado, no necesita explicaciones, más bien tu disposición de recorrer el camino a pesar de las espinas; conoce tu sentir y te abrirá paso hacia dónde debes encaminarte, para que su consuelo te haga sentir que pase lo que pase, ¡vivir bien siempre lo vale!". (Cosme).
No creas ni por un minuto que porque estés atravesando prueba tras prueba, y una cada vez más fuertes que otras, estás en el olvido de Dios o esté enojado contigo. Solamente tu corazón sabe cómo te has comportado y qué tan alejado has podido estar de su ámbito. Somos nosotros quienes tomamos la decisión, Él simplemente cumplirá lo prometido y no se irá de tu lado, lo que si es que tú tienes que tener un corazón realmente dispuesto para puedas ver su mensaje. Eso si, cuando decides seguirlo, es a su modo, tiempo y voluntad, no al capricho tuyo o necesidad.
Deja que su bendición pase su mano sobre ti para que lo que pasas o pasarás, puedas enfrentarlo con firmeza y sin tener debilidad en cada paso que tienes que dar para avanzar en medio de roda tormenta. Recuerdo algo que leí; "mientras más duras son las pruebas que estés enfrentando, más fuertes y constantes, deben de ser de convincentes tus oraciones". No desistas.