Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

martes, 12 de septiembre de 2017

Recordando un caso

Fuente


Hace unos meses escribimos un artículo titulado "¿Quién lo diría?", en el mismo trataba sobre diversos casos de corrupción que han ocurrido en el ejercicio del actual gobierno y cómo los mismos surgieron o fueron destapados, luego de aquella aseveración que hiciera el ciudadano, Presidente Danilo Medina, hace cerca de un año, cuando de forma airada y molesta, respondió a periodistas saliendo de presentación de Cartas Credenciales de nuevos embajadores en el propio Palacio Nacional y al cuestionársele sobre las declaraciones que había ofrecido, sobre el tema de la corrupción, el entonces embajador norteamericano, Brewster. En el escrito reseñamos, como de forma coincidencial, luego de esas afirmaciones, que más adelante reseñaremos, e indicadas más arriba, todo esto tenía que ver con ese caso de los Tucanos, en el cual había un interés de os norteamericanos por el mismo. Por eso, solo basta recordar toda la información salida en el mes de noviembre del año 2013, en el Wall Street Journal, y donde daba detalles de la investigación que llevaban autoridades de ese país, en colaboración con las brasileñas, contra la Embraeur, que había dado sobornos para la venta de las aeronaves a República Dominicana y otros países, que habían elegido esa empresa, porque con las americanas no podían lograr, en esa misma publicación se mencionaba un senador dentro de esa grave denuncia.


Una parte de ese artículo que hemos hecho referencia, se indicaba, lo siguiente:


Unas declaraciones que hiciera el Presidente de la República el 20 de octubre del 2016, en el Palacio Nacional, a propósito de otras que había hecho en el entonces, embajador norteamericano, Brewster, sobre el tráfico de drogas y el tema de la corrupción y como este fenómeno provocaría que nuevas inversiones pudiesen llegar al país; el mandatario, procedió en actitud algo molesto, cosa inusual, respondió de la forma siguiente: “se habla que República Dominicana es un puente de drogas, pero Estados Unidos es una avenida de 10 carriles de destino para esa misma droga”.


Ahí mismo respondió sobre el tema de la corrupción, lo siguiente: ¿Cuál corrupción? “Que dejen de hablar en término genérico, que siempre es peligroso y digan ¿cuál es la corrupción?… ¿Dónde están los escándalos de corrupción en el Estado Dominicano? ¿Dónde están?”. “A mí me gustaría y se lo he pedido a ellos, si tienen casos concretos que lo señalen”.


“Estas declaraciones fueron muy reseñadas por distintos medios de comunicación, incluso por el Vanguardia del Pueblo, del Partido de la Liberación Dominicana, que lo resaltó, desde el punto de vista patriótico y nacionalista”.


“Ahora bien, eso dicho por el Presidente a nuestro modo de ver, fueron como una especie de desafío que fue asumido por los intereses norteamericanos, que tenían ya asuntos pendientes como el caso de los Tucanos con el gobierno anterior y no lo dejarían pasar. Así sucedió, a la semana de las mismas, salió a relucir en los medios escritos, informaciones nuevas del caso precisamente de los Tucanos, señalándose con pelos y señales de los posibles involucrados y eso fue como un inicio de respuesta a lo expresado por el primer mandatario”.


No hemos llegado a un año de aquellas declaraciones más arriba indicadas y ese expediente la semana pasada fue presentado por el Ministerio Público, sin todas las personas señaladas desde un inicio, ni por las autoridades norteamericanas, ni por las brasileñas. No deja de mantener extrañeza, pero eso claro entra dentro de la facultad que tiene como tal el órgano acusador, de incluir o no en un expediente a determinada persona, sea física o moral. Ahora bien, es de todos conocidos, y entendemos debiera ser parte de una investigación más profunda, que ese proyecto de los aviones Tucanos, tenía un interés tan fuerte que tocó fibras políticas, porque para su aprobación en ambas cámaras legislativas, fue mucha la presión que se pudo ver y que sacaron a relucir la mayoría de los medios de comunicación de entonces y hasta lucha entre grupos de un mismo partido. Eso está ahí, todo cuanto se vio y se dijo, pero no se tomó en consideración para integrar a las pesquisas.


Basta recordar un legislador del partido oficial, el entonces diputado, Elso Segura, que presidía la Comisión Etica de ese hemiciclo, que al ser cuestionado por su propio partido del PLD y mandado a callar sobre ese tema, en una sesión en que se aprobaría el mismo, se puso una venda en la boca, en signo de que había sido callado por su parcela morada.


Es de todos conocidos del interés de los norteamericanos por este expediente, porque la compra no se hizo a ellos y eso no pretendían perdonarlo al gobierno que lo llevó a cabo, pero al parecer, tampoco al partido que lo auspició. Eso justifica como ellos son los que han mantenido con informaciones ese expediente y las visitas continúas y constantes al Palacio de diversos actores de la administración pasada, fueron más que evidentes.


Hay preguntas que quedan y que como otras de importantes casos, quedarán en el ejercicio mental: ¿Cómo un diario norteamericano se aventuraría a indicar que había al menos un legislador en ese caso? ¿Cómo de los correos ofrecidos por las autoridades brasileñas no se determinara otros imputados ligados al Congreso? ¿Tendrían los imputados que hoy están sindicados como los que son, tener la fuerza para influir ante uno o varios legisladores, en aprobar un proyecto?


Que de todo eso, se sacara provecho político en pasadas elecciones ese es otro tema. Ahora bien, resulta cuesta arriba, por algunas de estas pinceladas que hemos expuestos y las que restan, se queda el sabor amargo de que no “están todos los que son”, como si fuera una epidemia o un parámetro usado en los últimos cincuenta años, cuando de expedientes de corrupción se trata. De todas maneras, bien vale la pena recordar ese asunto de los aviones Tucanos, sabiendo que faltan piezas e investigaciones que están ahí pero que no forman parte del proceso, o sea, es un expediente gacho.