Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

jueves, 27 de julio de 2017

Reflexión del Día

A veces no nos damos cuenta de que aquellas cosas, hechos, situaciones y personas que son capaces de mejorar lo que somos y nos ayudan a veces, a enderezar nuestro caminar o a ver más claro el camino. Siempre recuerdo esos días que se volvieron meses; meses que se volvieron años; y hoy veo hacia atrás solo para agradecer, nada que lamentar; y me doy cuenta de todo aquello en su conjunto, hechos y seres humanos, los de buen corazón, que me enseñaron a seguir creyendo en el hombre y en que Dios puede tardar según nuestro esquema, sin embargo, no se muda, ni se aleja ni te abandona. Es tu guardián.

Y aquellos de mal corazón, que con sus egoísmos, envidias, perversidades, los débiles de espíritu hipócritas y maldades; lo que hicieron fue recordarme, que cosas no debo llegar a hacer ni que persona llegar a ser. Pero de una forma o de otra, en su conjunto, me han hecho lo que soy o al menos puedo decir que he tenido esa oportunidad para cambiar si tenía que hacerlo o mejorar si era necesario.

Así como lo hizo Mandela, había acogido la violencia como método de protesta en Sudáfrica, luego de 27 años preso, todo mundo y sus seguidores, esperaban que al salir, fuera a liderar matanzas contra los blancos y todo el sistema que allí lo puso; que iría al poder a corromperse como pasó con su esposa de la cual se divorció porque se corrompió en lo que él estuvo preso, pensando que él saldría hacia el poder a aprovecharse. Se dio cuenta que aquello que lo había llevado a la cárcel, había sido su equivocado accionar, aunque la causa era legítima, el método no fue el correcto. La cárcel fue su maestra, y situaciones, y personas; cambiaron y mejoraron su pensar y su corazón. Una vez salió, fue el perdón y la no violencia; el cambio de actitud lo que lo hizo un hombre, no de Sudáfrica, sino del mundo y lo hizo cambiar, no solo su nación sino la humanidad. Su nuevo accionar, lo hizo acreedor de un Nobel de la Paz.

No cerremos los ojos, nuestra mente y corazones, a todo aquello que puede nutrirnos para hacernos mejores personas. Dejemos de utilizar poses y las mismas actitudes ante lo que pasa a nuestro alrededor y con nosotros mismos. Bendiciones.