Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

sábado, 22 de julio de 2017

Reflexión del Día

"Un gran cambio puede estar a sólo un paso, al descorrer las cortinas, toda una vida puede cambiar. No depende de los estudiados almanaques o las predecibles estaciones. Dios actúa soberanamente. Un ángel visita a María y le dice que concebirá al Salvador; Moisés sorpresivamente ve una zarza ardiendo y con voz audible Dios lo nombra libertador; Saulo de Tarso, con implacable determinación sale a ejecutar su sangrienta trama, pero camino a Damasco Jesús cambia su corazón, su vida y su mundo. Zacarías en el santuario recibe la insólita noticia de que será padre. José, contra pronósticos, es sacado de la cárcel inesperadamente y convertido en el primer ministro de Egipto. Ahora, no esperes únicamente el cumplimiento de sus previsibles promesas, cree para ver lo inesperado de Dios". (Cosme).

Hay vidas que solamente por no haber seguido el propósito de Dios simplemente cayeron en manos de los males que afectan a todo ser humano y de los cuales nadie está exento. O a veces no seguir esa luz evita que esa persona llegara a ser el instrumento que el Todopoderoso tenía destinado a ser para que a la vez modificara o transformara otros corazones.

A veces hay oportunidades o situaciones que solamente se presentan una vez en la vida y no más, para tomar esa oportunidad y cambiar todo en ti y a tu alrededor de forma inesperada. Como los ejemplos mostrados arriba, así hay muchos más que se dejaron guiar se la mano divina y permitieron que en sus corazones mandaran el Altísimo y todas sus hazañas cambiaron no solo la historia, sino millones de corazones. Se convirtieron en símbolos de esperanza y de buena nueva.

Cuando tú permites que quien guíe el timón no sea el jactarse de que eres quien eres, sino que por encima de ti existe quien te dará gloria y cumplirá su promesa en ti. Para ello debes creer sin tener que tocar y confiar hasta el final. Todo está en cuánto deseas realmente creerle a Él y que tan dispuesto seas para ello. Solo no puedes.