"Una cosa es segura, Dios ha decretado que somos más que vencedores, hijos que pueden abrirse paso en cualquier cuestión divina y humana. ¡Porque El mismo está en esencia en nosotros y nos ha otorgado fe poderosa para recorrer victoriosamente todo nuestro existir!
Esto debe afirmarte el hecho de que cuando oras y dices Señor, soy tuyo, te amo, soy uno contigo en el Cuerpo de Cristo, soy favorecido con tu gracia y misericordia, tu oración actúa como un comando de voz que abre las ventanas de los cielos y las puertas del corazón del Padre. San Juan lo dijo así: Si le pides al Señor y el Señor te oye, ya tienes respuesta a las peticiones que le has hecho. ¡Vamos, pídele!". (Cosme).
Cuando depositas tu confianza de corazón a la voluntad de Dios estás dispuesto a esperar por su presencia en el momento en que entienda sea de su propósito para ti. Cuando has pedido solamente tú puedes ser el mejor testigo para saber si El te ha escuchado. Recuerda que pueden pasarte muchas bendiciones y sino tienes el corazón para ver las cosas que suceden a tu alrededor, serán muchas las respuestas que pasarán por tus ojos, y ni siquiera podrás agradecer por lo que has recibido porque simplemente crees cuando tocas las llagas de los clavos, así no podrás orarle y pedirle, simplemente porque no crees en lo que has clamado.
