Hace poco estuvimos compartiendo con un amigo y hermano que hace años por asuntos imperiosos le obligaron a salir del país, como es el caso de muchos de nuestros compatriotas. Luego de estar por más de diez años fuera de su natal Santiago, encontró la misma cambiada y con belleza, claro, si hubiese venido un año atrás, no hubiese sido la misma opinión.
Ahora bien, lo que más le causó la impresión negativa de todo cuanto vio de forma constante, fue lo del aspecto del tránsito y el desorden que en el mismo existe. No comprendía como existen personas que no indican cuando van a pasar de un carril a otro. El hecho de cruzarse la luz en rojo. Cómo es posible que sea tan normal andar en vía contraria, a pesar de existir señales para evitar esto. Cómo andan vehículos sin placas.
De estas cosas que mencionó nuestro amigo, sabemos los que vivimos en este país, que son aún mucho más el listado de aquellas que vemos a diario y que muestran de forma fehaciente la forma alocada, disparatada, desordenada y caótica; en la que se maneja en la República Dominicana y es lo que ha traído como consecuencia como aspecto negativo que hace unos años estuviéramos en el Guinnes, como uno de los países del mundo donde más mueren personas por accidentes de tránsito. Esas estadísticas no han variado mucho, a tal punto, que a nivel del área del Caribe y Latinoamérica, estamos por encima de la media en fallecimientos por esa misma causa.
Es cierto que se ha comenzado a realizar los aprestos para implementar la nueva ley de tránsito, sin embargo, vivimos convencidos de que esto no dependería de la modificación de una norma o del aspecto educativo. Si a este instrumento no le añadimos, mayores recursos humanos, materiales, tecnológicos y materiales; a quienes están llamados a ejercer la parte preventiva y represiva, será otra ley muy completa o bonita, pero sin dientes y sin efectos. No es posible que con una cantidad de menos de 3 mil agentes de tránsito de Amet, para todo un país, no es posible, que se haga una labor siquiera decente y acorde la exigencia internacional y nacional.
El año pasado el actual director del AMET, indicó en un diario, lo siguiente: “La Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet) necesita unos seis mil agentes más para implementar los planes que tiene en agenda para mejorar el tránsito y poder expandirse en algunos puntos del país. En la actualidad, la entidad reguladora del tránsito cuenta con 2,341 miembros, lo que implica cuatriplicar la cantidad”. Como puede observarse, aunque nos quejemos ante los que hoy realizan esa labor, es humanamente imposible que se pueda lograr con éxito lo que se exige o espera para cambiar el desorden organizado en el cual padecemos, porque no es posible pensar que con ello se pueda vivir con seguridad en las calles.
Viendo este panorama, mientras no exista un cambio de condiciones como las que hemos planteado más arriba, informes internacionales e internos, seguirán saliendo a relucir y nos retratan de forma negativa, incluso, para el aspecto no solamente de la salud pública, sino desde el punto de vista para el turismo, que así como lo observó ese amigo que tenía años que no venía, lo mismo puede percibir quien viene a visitarnos por primera vez, lo que estaría viendo de belleza por un lado, lo está destruyendo aquello que lo transporta, y las vías para llegar a esos paraísos naturales que tenemos y que vendemos como atractivo. Es un espectro que resulta una amenaza en todos los sentidos para nosotros como nación.
No queremos terminar, sin presentarles un informe que fue emitido por el distinguido y preocupado, director del Seguro Nacional de Senasa, Chanel Rosa Chupani, cuando expresa, respecto a lo que compete a la institución que dirige, relacionado con los accidentes, de la forma siguiente: “En los últimos 16 meses más de 48 mil afiliados solicitando cobertura por accidentes de tránsito. Durante ese período, Senasa ha autorizado RD$725,097,302.41, por atenciones médicas derivadas de accidente de tránsito a sus afiliados en los renglones contributivo y subsidiado. Estos montos autorizados corresponden al período enero 2016- abril 2017 y representan las atenciones por accidentes de tránsito solicitadas por 18 mil 999, afiliados al régimen contributivo y 29 mil 502 afiliados al régimen subsidiado, para un total de 48 mil 501”. “Un promedio de 100 afiliados se accidentan diariamente”.
Como podemos ver, estas cifras indicadas más arriba, nos muestran que el asunto de los accidentes de tránsito, bien se han definido y catalogado desde el punto de vista de la salud y médico, como una epidemia, e influye de forma directa en muchos aspectos de nuestra situación social, económica y sanitaria. Nuestros gobernantes y todo el que labore en los distintos poderes del Estado, deben hacerse más conscientes, que si no se le ofrecen las condiciones de todo tipo, para quienes están llamados a imponer sanciones y hacer respetar la nueva normativa, todo ese esfuerzo seguirá siendo en vano y seguiremos distrayendo los recursos que hoy se implementan a esos fines. Es algo más allá que una ley lo que vemos en las calles; lo que sale reflejado en números. No hay temor a la sanción, porque tampoco hay quién impongan la autoridad de forma efectiva, acorde lo que hemos planteado.