Producción

Una producción de Lucía Medina para Al final de la Tarde con Jordi.
Programa Nominado a Premios Gardo 2020, en Actualidad, Región Norte

miércoles, 3 de mayo de 2017

Reflexión del Día

"La vida está mezclada con lo bueno, lo malo y lo feo y es nuestro deber entresacar lo precioso de entre lo vil, lo valioso de entre lo odioso y lo necesario de entre lo aparentemente inútil. La verdadera vida reside en nuestro interior, por eso una vida plena depende de ti. Al poner a Dios en el centro de ésta, siembras el árbol de vida que fructificará en todo tiempo. Ser feliz, tener paz, o prosperar dependerá de lo que siembras en otros y de cultivar inteligentemente aquello que pones en tu corazón. Cuando comprendemos que de esta vida nada nos llevaremos, entonces comenzaremos a vivir por lo único que nos podremos llevar. Recuerda que vivir es un regalo, vivir bien es un privilegio, vivir plenamente es una decisión". (Cosme).

Hemos aprendido que Dios tiene el control de todo aquello que nos rodea. Sin embargo, no olvidemos que nos regaló el libre albedrío. Eso que cada mañana de nuestras vidas, podemos asumir la decisión de qué nos afectará y que no. Que sentimientos dejamos que ocupe nuestro corazón. Que cosas permitimos nos afecte de los demás. El elegir si preferimos tener un día amargado o no. Incluso el hecho de tener momentos ocupados, dependerá de nosotros cómo lo asumimos, con malhumor o lleno de esperanza y confiado, que si bien es cierto habrán momentos de presión, si dejamos que ello nos afecte de tal forma que nos amargue todo.

Así para enfrentar vicios, si seguimos permitiendo si eso nos sigue haciendo sus esclavos o tomamos el control de nuestras vidas. Cuando tenemos que enfrentar males, dependerá de nosotros si dejamos de luchar o decidimos seguir adelante. Debemos decidir si queremos ser ayuda y no obstáculo para los demás. Si cada día seguimos permitiendo que como ayer, sea Dios quien more en nuestro interior y no la oscuridad y las debilidades, que no nos han dado otra respuesta que no poder vivir ni alcanzar la alegría que ofrece el gozo de sentir la fortaleza del gran amor del Todopoderoso.