"Algunos niños se hicieron hombres cuando la hambruna de la noche les carcomió la mañana. Algunos hombres se hicieron fuertes cuando tuvieron que dejar de lado sus sueños para responsabilizarse de sus realidades... Otros, cuando cambiaron sus placeres por sus desafíos, de ser importantes pasaron a ser útiles, y fueron insustituibles. Los inconquistables se hicieron héroes y fueron inolvidables; quienes cambiaron su calamidad en creatividad se hicieron prósperos. Los que caminaron con prudencia fueron sabios y dejando huellas doradas se hicieron únicos... Los mejores murieron a sí mismos para darse a los demás, así se hicieron padres, y a aquellos que la vida dejó huérfanos se hicieron misericordiosos. Pero solo Jesús se hizo pecado y pagó nuestra culpa para que Dios pudiera hacer de todo hombre un hijo de Dios". (Cosme).
A veces hay quienes deben hacerse adultos antes de tiempo. O aprender de la peor manera que la vida es, levantarse una y otra vez te caes. Que muchos han hecho el trabajo o el camino para que pueda ser de ayuda a nosotros. Y no somos capaces de reconocerlo y agradecerlo. A veces requerimos madurar a destiempo y fijarnos que para nuestra felicidad real, debemos tocar fondo o despertar del letargo que nos ha impedido avanzar. A veces hay experiencias que nos enseñan más que todo y lo que no hemos asimilado en toda una vida, lo hacemos a través de ella. Tenemos que tener el corazón abierto para estar dispuestos en aprender cada día como ser mejores desde dentro y ser agradecido de lo que recibimos.