Dicen que una de las mejores formas de recibir de manos del Todopoderoso es teniendo un corazón agradecido y limpio. No podemos ver a Dios si mantenemos cosas del pasado dominando nuestros pensamientos y sentimientos.
Es sabido que solamente debemos aprender del mismo, pero no vivir con ese pasado, eso nos impide valorar lo que hoy somos y tenemos, así como agradecer por lo que recibimos como merecedores de toda esa gracia y dicha.
Evita la ingratitud para no reconocer; la soberbia para no ver las cosas y poder valorarlas; y deja atrás la maledicencia y todo lo pernicioso que puede nublar la bondad de tu gran corazón. Aspira a ser mejor desde adentro para que realmente seas digno de lo que dices y lo que profesas. No te quedes en el exterior. Bendiciones a cada quien reciba este mensaje.