"No te preocupes por lo que no tienes, no sucede aún o no puedes cambiar... Dios está cerca, haciendo proezas, peleando tus batallas, abriendo repentinamente caminos no pensados y puertas estratégicas; creer es alabar a Dios mientras trabaja por ti. Es aceptar su voluntad desde la perspectiva de su corazón y no de nuestras circunstancias... Para entrar al reino de los cielos debemos ser como niños y montar sobre los lomos del gigante... Recorrer cuesta arriba las empinadas rocas del deber, ya no requiere tu máximo esfuerzo o riesgo, sino entregar “tu todo” a quien es tu fortaleza y para quien eres “su debilidad”, la niña de sus ojos. Tu mayor esfuerzo y mejor determinación jamás alcanzarán a una fe óptima, esa que habita donde solo las águilas se atreven". (Cosme).
Levantarte mañana tras mañana, va mas allá que solamente agradecer. Requiere de voluntad, perseverancia, constancia, comprensión y entrega. Es creer que aquel a quien le clamas, hará con ella la promesa en la forma que considere y habrán muchas veces que no te gustarán lo que ves o sientes o recibes; aprende que de una forma o de otra, todo cuanto has atravesado, no es una sanción.
Tendrá mucho que ver con lo que han sido tus decisiones, que aunque no sea lo que ha sido su voluntad, pero buscará dentro de eso, darte la sabiduría y esperando que le creas y le sigas una vez has asimilado. Él no deja de amarte. Quien debe tenerlo claro de su presencia o no en ti. Eres tú.
La vida debe ser algo más que el ritmo del día a día, eso es desgaste. ¿En qué te nutres? ¿en el cansancio y la mala disposición? O en agotarte sin sentido aunque tienes una causa, pero todo lo demás deja de tener sentido. Llegamos a colapsar porque creemos que de todo tenemos respuesta y al final de la jornada o de lo que has llevado a cabo, que requieres de Él para sentirte lleno de gozo.
