"Cuando los sentimientos te susurran una cosa y el sentido común te detiene con enérgica advertencia, te confundes, sientes calor, frío, temor y sucumbes; eso es entendible, pues el miedo nace de la dependencia en nosotros mismos pero el valor de la dependencia en Dios, por ello florece cuando la confianza aumenta. El Salmo 34:5 dice “Radiantes están los que buscan al Señor; jamás su rostro se cubre de vergüenza”. La relación más importante es con Dios, todo en su orden, él es la paz que sobrepasa todo entendimiento, el abrazo profundo para un corazón aturdido. Por tanto, quien te da su amor incondicional no te negará la gracia, el poder y el valor para enfrentar tu causa. ¡Créele alma abatida, porque mientras en él descansas tu justicia avanza!". (Cosme).
Cuando permitimos que sea la duda la que domine nuestras vidas. Que dirija el día a día. Que la angustia sea la compañera que elijamos para que enfrentar cada día. Cuando dejamos que la sombra de la incertidumbre y la impotencia se haga dueño de nuestros sueños. O cuando permitimos que cada logro nuestro o de los que tenemos alrededor empañarlo con nuestros pensamientos negativos, estamos dando un desgaste espiritual a nuestra lucha de no rendirnos y a la vez le damos una puñalada a la esperanza de quienes nos resistimos a perder toda fe que se ha ido creando con la presencia de quien nos demuestra que sigue renaciendo en cada acción de amor y protección. Gracias Señor por tanto y estar ahí para luchar contra todo lo que tienda a desviarnos de tu camino.